Me sorprendió
la luz de la mañana.
Llenó los
espacios y ocupó las ideas,
consumió los
tiempos inútiles y vacíos,
inundó de
calor lo que era triste.
Era nueva para
mí esta luz.
No porque
viviera antes en la oscuridad,
sino porque
era nuevo su brillo,
nueva su
intensidad, nueva su magia.
Me sorprendió
la luz de la mañana.
Y era
sencilla, pura, espontánea,
iluminando
espacios nuevos,
abriendo
puertas hace mucho cerradas.
Por momentos
creí que desaparecería,
que sería
solamente otro engaño del alma
y que se iría,
sorprendentemente, como había llegado.
Pero, una vez
más,
me sorprendió
la luz de la mañana
y se quedó. Descubriéndonos.[7.11.14]
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